Por Alejandro Mondragón
El más rabioso antimarinista del morenovallismo es Marcelo García Almaguer.
Sí, el operador de medios del gobernador y delegado del CEN del PAN en Puebla.
Para nadie es un secreto el odio que le tiene a todo lo que representa el marinismo, pero más a aquello que huela a beneficiarios del góber precioso. Usa a sus medios para atacarlos.
Así se vende, como implacable en el tema marinista, aunque con algunos mantiene estrecha relación como José Hanan, en esa transmutación de marinista a morenovallista.
Lo que no sé es si el gobernador Moreno Valle, el candidato Tony Gali o el CEN del PAN le hayan autorizado que -desde hace meses- despache en el Penthouse del edificio de Tribuna Radiofónica en la Paz.
Sí, la estación de radio del padrino, Don Enrique Montero, y compadre, Mario Montero, de Mario Marín Torres.
¿Cuánto pagará de renta? ¿cortesía de los Monteros? ¿cubrirá el alquiler con el convenio? ¿desde ahí cuida sus negocios al amparo del poder?
Mario Montero, quien todo lo que tiene se lo debe al PRI y las relaciones de poder de su padre, ahora es una especie de aliado de Marcelo García en los ataques contra la candidata del PRI, Blanca Alcalá Ruiz.
Cuánta desfachatez.
Ese doble juego de marinista de noche, morenovallista de día.
El mismo que hoy lanza la guerra sucia de redes sociales contra la candidata del PRI, Blanca Alcalá, con descalificaciones personales, familiares y físicas. Lo grotesco.
En su estilo: tirar el tuit y esconder la cuenta.
LO CONFIRMA