28-03-2024 08:27:14 PM

RMV, un peñista feliz

Por: Valentín Varillas

Para el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, la primera mitad del sexenio de Enrique Peña Nieto ha sido de enormes beneficios para su causa.

Prácticamente desde el inicio del periodo que marcó el regreso del PRI a Los Pinos, han sido constantes las pruebas del enorme y atractivo acuerdo que existe entre los tricolores y un gobierno estatal supuestamente emanado de un partido opositor.

No se veía así al principio.

Los nubarrones se oscurecieron con la súbita aprehensión de Elba Esther Gordillo, madrina política del mandatario poblano y ancla fundamental de la operación política y financiera que le dio el triunfo en las urnas en el 2010.

El día en que la maestra fue detenida en el aeropuerto de Toluca, el poblano fue llamado de urgencia a presentarse en la Secretaría de Gobernación para una reunión con Miguel Ángel Osorio Chong.

El escenario no podía ser peor.

La lógica indicaba que la encarcelación de Gordillo y los procesos legales que las autoridades federales seguirían en su contra podrían alcanzar fácilmente al gobernador, o por lo menos a parte fundamental de su grupo de mayor confianza.

No fue así, al contrario.

tempestad02sepMoreno Valle no fue ni ha sido tocado siquiera como daño colateral en el caso de la tristemente célebre maestra.

Tampoco ninguno de los “suyos”.

Las pruebas de amor continuaron con el apoyo incondicional de Moreno Valle a las reformas estructurales que se discutían en el legislativo federal y que eran importantísimas para el presidente.

El gobernador operó, cabildeó e inclusive obligó a Gustavo Madero a recular, cuando juró públicamente que su partido se retiraba de los acuerdos del Pacto por México.

Ya como presidente de la Conago, la operación del poblano con gobernadores de todas las fuerzas políticas para darle el visto bueno a las reformas se intensificó.

La cereza del pastel fue el llamado público que hizo Rafael a sus compañeros mandatarios estatales, para dejar a un lado posturas de tipo político e ideológico y cerrar filas en torno a la figura presidencial en aquel momento de definiciones.

Más adelante, el gobernador desactivó con éxito en el estado cualquier riesgo serio de manifestaciones magisteriales en protesta por la reforma educativa.

Con Guerrero, Oaxaca y Michoacán incendiados por maestros disidentes, Puebla y el estado de México adquirían una importancia geográfica muy grande para evitar que las protestas alcanzaran con mayor fuerza al centro y sureste del país.

En el estado se otorgaron beneficios históricos para el sector como aumentos de sueldo, prestaciones y aprobación de nuevas plazas.

La respuesta de la disidencia se limitó a esporádicos y muy poco concurridos cierres de calles.

Jamás pararon labores las escuelas poblanas.

Más allá de la política, en el tema presupuestal, el gobierno de Puebla ha obtenido enormes beneficios de su buena relación con la Federación.

A finales de 2012, el Congreso analizaba el presupuesto con el que iba a estrenarse la nueva presidencia priista.

Con la incertidumbre natural de inicio del sexenio, el acuerdo entre el gobierno federal y la Comisión de Presupuesto del legislativo era considerar un aumento del 5% al presupuesto asignado a las entidades federativas, con respecto a lo aprobado el año anterior.

En el caso de Puebla, el criterio se cumplió y la cifra acordada superaba apenas los 47 mil millones de pesos.

Con un pequeño detalle: dentro del presupuesto se aprobó una partida de 2 mil 300 millones de pesos de recursos no etiquetados, es decir el gobierno del estado tenía libertad absoluta para gastarlos en lo que quisiera.

Juran los entendidos que este dinero tuvo como destino final el financiamiento de las campañas de los candidatos incondicionales al grupo político del gobernador.

Llama la atención el hecho de que fuera el propio Secretario de Hacienda, Luis Videgaray quien gestionara, en plena discusión del presupuesto, una reunión privada entre Moreno Valle y el presidente para analizar el “caso especial de Puebla”.

El resultado fue por demás positivo para el mandatario estatal.

Para el 2014, bajo la misma lógica, el gobernador contó con 20 mil millones de pesos más, para alcanzar una cifra histórica: 67 mil millones de presupuesto anual.

En este 2015, Puebla pudo ejercer 70 mil millones.

Para el próximo año, electoral por cierto, se maneja la posibilidad de que el presupuesto estatal alcance los nada despreciables 82 mil millones.

No está mal para una “economía en crisis”.

Por cierto, en el papel parece que, más allá de la coyuntura del próximo año, el 2016 mantendrá la misma dinámica en términos de la relación estado-federación.

En el círculo íntimo y de mayor influencia del gobernador, fueron muy celebrados los nombramientos de José Antonio Meade en Sedesol, Enrique de la Madrid en Turismo y Aurelio Nuño en la SEP.

Estos perfiles, pueden resultar apoyos importantes y muy rentables para el cierre de la actual administración estatal.

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