19-04-2024 01:39:09 PM

¡Por favor, Francisco, recapacita y corrige!

opinion07

A Gregorio Jiménez, periodista independiente mexicano, secuestrado y muerto hace unos días.

El papa Francisco tiene a su alcance la oportunidad de desmarcarse de la política de encubrimiento a pederastas, que favorecieron Juan Pablo II y Benedicto XVI respectivamente.

No obstante el momento histórico, a casi un año de su investidura, no hay suficiente evidencia de que el papa Francisco pase de las palabras y poses -que tanto agradan y son difundidas por cierto sector de la prensa- a asumirse como un líder religioso que encarne al ser humano o al gran reformador de esa monarquía solapadora de vejaciones sexuales y protectora de depredadores, acciones consideradas como delitos de lesa humanidad por las que podría ser legalmente juzgada.

opinion07El pasado día 5 de este mes, Kirsten Stanberg, presidenta del Comité de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sostuvo (bit.ly/1kfAimJ), como parte del informe realizado por especialistas en el tema de diversas nacionalidades, lo siguiente:

“Con respecto a los abusos sexuales de menores cometidos por miembros de las iglesias católicas que operan bajo la autoridad de la Santa Sede, es decir, los clérigos que han estado involucrados en el abuso sexual de decenas de miles de niños en todo el mundo, la principal conclusión del Comité es que la Santa Sede ha adoptado políticas y prácticas que han llevado a la continuación de esa explotación abusiva y a la impunidad de los perpetradores.

La Santa Sede ha colocado sistemáticamente la preservación de la reputación de la Iglesia y la protección de los autores por encima del interés superior de los niños…otra cuestión era el código de silencio impuesto sobre los niños y el hecho de que la presentación de informes a las autoridades policiales y judiciales nacionales no es obligatoria”.

En respuesta a las lapidarias conclusiones del Comité, el arzobispo Silvano Tomasi, enviado por la Santa Sede a Ginebra para hacer frente a los señalamientos internacionales, afirmó que “sí, que se trata de un hecho especialmente grave, pero que también hay abusadores entre los miembros de las profesiones más respetadas del mundo”.

La anterior es una declaración desafortunada, porque seguramente la comitiva de la jerarquía católica que acudió a Ginebra debió entrevistarse previamente con Francisco; y si esa postura fue avalada por el jerarca, entonces estamos hablando de algo verdaderamente preocupante, porque podría pretender cobijarse en un argumento poco inteligente: “sí, es grave el asunto, pero no somos los únicos agresores”.

En la misma línea está el mensaje enviado por Francisco a través de su cuenta de Twitter: “Recemos hoy juntos por Su Santidad Benedicto XVI, un hombre valiente y humilde”.

Será que Francisco califica de “humilde” a Benedicto XVI porque mediante la renuncia al papado, vive de manera similar a como él mismo había recomendado a Marcial Maciel: retirado “a un lugar discreto y alejado de su anterior responsabilidad, a una vida llena de oración y arrepentimiento”… pero al margen de la justicia civil.

¿Dónde radica la valentía y humildad de Benedicto XVI, quien en su responsabilidad de Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, pudo frenar la vejación sexual de miles de niños por ministros religiosos, y optó por una actitud deshonrosa de omitirse y lidiar en vida con sus demonios internos que le provocan los sentimientos de culpa?

Por todo lo anterior, por todas las personas de buena fe que se reúnen en los templos católicos buscando superación y progreso, por todos los niños indefensos que son entregados por sus padres a las manos de los ministros católicos, por la necesidad que tiene el mundo de líderes profundamente humanistas, por todos aquellos que quieren decirte lo que voy a decir… de corazón te pido:

¡Por favor, Francisco, recapacita y corrige!


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