29-03-2024 03:33:27 AM

Mi esposa ¿bisexual? III

Mario no respondió puso a calentar la cena y dejó a Carmen terminando de preparar todo para cenar, fué a la sala, sirvió mas wisky en el vaso de René y en el suyo y se pusieron a beber y a charlar hasta que Carmen los llamó a cenar. En un comedor de mesa cuadrada de tipo moderno para ocho personas Carmen había puesto una silla en cada lado de la mesa quitando las cuatro sobrantes, sobre la mesa unos candelabros con velas encendidas, ya que se sentaron ellos a la mesa Carmen encendió las velas y apagó las luces de la sala y del comedor, se acercó a René para servirle el pescado al horno que les había preparado juntando su cuerpo al de él, se acercó a su esposo para hacer lo mismo, Mario se excitó por la cercanía de su cuerpo, no dejaba de pensar que bajo de esa blusa y esa falda el bello y ardiente cuerpo de su mujer estaba desnudo esperando a que él tomara la decisión, Mario volteó la cara, puso una mano sobre las nalgas de su mujer y le dió un beso en el vientre desnudo. “Gracias chaparra” le dijo.

Carmen dejó la charola sobre la mesa, se acercó a René y le dijo “Tú no me diste las gracias”, René puso su mano sobre sus nalgas para acercarla a él y le besó también el vientre “Gracias Castorcita”, ella se fué a sentar a su lugar, se sirvió en su plato y comenzaron a cenar, Mario se puso de pie para servir el vino, al acercarse a su esposa ella puso su mano sobre las nalgas de su esposo, lo acercó a ella y le dió un beso sobre el pantalón justo encima de su pene, “Gracias amor, estas increíble”. Estaba decidida y lo haría, él recordó una frase de una vieja película que había visto donde la actriz decía “Si la violación es inevitable.. Disfrútala” y tomó la decisión de disfrutar la coquetería de su mujer y lo que viniera.

Carmen se levantó de la mesa, llevó los platos a la cocina y regreso con café, al servirle a Mario él le dijo señalando con su mano su propio muslo “Ven chaparra, sube tú pie”, Carmen lo subió sobre la pierna de su esposo y él lo acarició y besó metiendo su mano dentro de su falda hasta tocar el sexo húmedo de su esposa, “Si que estás ardiendo chaparra”, hizo su silla hacia atrás “Ven, deja el café y siéntate sobre mis piernas”, Carmen se sentó sobre las piernas de su esposo quien la acomodó para que quedara con sus muslos sobre los suyos y su espalda junto a su pecho, aspiró el aroma del pelo de su mujer y la besó en el cuello, pasó sus brazos para abrazar a su mujer quien mantenía su vista fija en René.

Las manos de Mario se posaron en los pechos de su mujer, y lentamente comenzó a desabrochar la blusa, “¿Quieres que alguien te quite la calentura que tienes?”? “Si amor”, respondió Carmen.. “¿Con quien lo quieres hacer?”.. con voz suave Carmen respondió “Con los dos amor”, Mario terminó de desabrochar la blusa y la abrió hasta dejar descubiertos sus hombros, los comenzó a besar, sus besos recorrían los hombros hasta llegar al cuello, la respiración de ella era muy agitada, hacía su cabeza hacia atrás al lado de la cara de su esposo, su torso desnudo quedaba frente a René quien estaba también muy excitado. Carmen lo llamó con la mano él se acercó a ellos y ella sujetándose un pecho con las dos manos se lo ofreció a René y él lo metió en su boca para ponerse a mamar apasionadamente como si quisiera extraer algo de ese blanco y redondo pecho.

Los tres estaban sin control presas de una gran lujuria, Carmen se sentó en una silla, Mario le separó las piernas y saboreo su sexo mientras René de pie detrás de ella la besaba en la boca, el cuello y los pechos, sus manos acariciaban el cuerpo de Carmen de la cintura al cuello, ella gemía y respiraba muy agitada, Mario se levantó y René se puso de rodillas entre las piernas de Carmen para saborear ese sexo ardiente que los esperaba lleno de deseo. Mario se desnudó acercó su pene a la boca de Carmen y ella lo gratificó con un excelente sexo oral. Carmen se levantó, pasó a la sala, apoyó sus manos sobre el descansabrazos del sofá y ofreció sus nalgas a su esposo quien levantó la falda y la penetró por la vagina.

René se desnudó y acercó su pene a la boca de Carmen y ella le dió el mismo tratamiento que al de su esposo, había gemidos, gritos de ella y jadeos de los tres, el ambiente estaba lleno de una pasión incontrolable, entre ellos solo había deseos de placer, la razón había sido vencida por la lujuria y los tres estaban entregados a ella. Carmen llegó al orgasmo, ya estaba sudando, se separó de los dos, sentó a Mario en el sofá, se montó sobre de él metiendo el pene de su esposo nuevamente en su vagina, sus nalgas quedaron hacia René y ella le dijo “Con cuidado René metete por mi ano”.. Mario separó sus piernas, René se puso en medio de ellas y lentamente comenzó a penetrar a Carmen por el ano. La cara de los dos esposos estaban frente a frente, Mario observaba el gesto que le producía el pene de René entrando hacia su recto, había un gesto de dolor y placer en ella.

Mario y Carmen ya habían practicado la doble penetración ayudados por un consolador, pero esto era diferente, era muy excitante sentir la vagina de su mujer su cuerpo ardiente sobre el de él y a otro hombre de pie frente a él penetrando a su mujer. René comenzó a moverse, Mario trató de hacerlo pero sentía el pene de René que al moverse dentro del recto de ella acariciaba el suyo, era excitante, lo mas excitante que había sentido en su vida, Carmen le dijo “Tú no te muevas amor, solo métemelo hasta el fondo” y así lo hizo, la cara de su esposa estaba frente a la suya, sudaba, sus cabellos revueltos caían a los lados y sobre sus mejillas, aspiraba su aliento agitado y escuchaba sus gemidos y expresiones de “Oh, ah, que delicia, es increíble” abría la boca y la pegaba a la suya y él respondía metiendo su lengua en ella sintiendo ese sabor a pene, a dos penes, que había en su saliva.

Ella miraba a su esposo y gritaba “Así, así, es increíble tenerlos a los dos, soy una puta, una golosa insaciable”. El estaba sintiendo un gran placer sobre su pene, su respiración también era agitada, la escuchó decir “Amor, soy una mujer, una hembra deseable, no hay hombre que no quiera penetrar mi cuerpo y acariciarme las entrañas, pero a ti te amo, te deseo.. Mario te estas poniendo muy duro y yo estoy también muy cerca, René eres increíble, tienes una verga divina, no pares, no pares y terminemos juntos” Soltó un grito “¡Mariooo, Renéeee!” apretó su cuerpo trató de abrir los ojos pero los tenía desorbitados por el placer, abrió la boca y soltó un fuerte grito que mas que palabras fue un sonido gutural y lo ahogo pegando su boca abierta sobre el hombro de Mario quien sintió los dientes de su mujer apretándose sobre su piel

 

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