El Secretario de Gobernación municipal organizará un fiestón para festejar su próximo cumpleaños.
Por eso, desde hace varios días, en varias dependencias del gobierno municipal circulan unas muy coquetas invitaciones color fuschia relativas al evento.
La cita es el próximo viernes 24 de octubre a las 20:15 horas en el Salón de Recepciones Arche´s, allá en la prolongación de la 14 Sur número 6334.
Muy al estilo de Mario Montero, el texto de la invitación deja bien claro que son “Los amigos de Juan de Dios Bravo Jiménez” y no el funcionario, quienes convocan y organizan la fiesta.
Sí como no.
Lo peor del caso es que, al igual que el Secretario de Gobernación estatal, nuestra famosa memelita asegura que este evento puede ser el arranque formal de su precampaña en busca de la presidencia municipal de Puebla.
Hágame usted el favor.
¿Se imagina a este individuo siquiera aspirando a convertirse en el sucesor de Blanca Alcalá?
Probablemente alguno de sus sesudos, profesionales y muy capaces asesores o colaboradores, con un sentido del humor muy negro, retorcido y cruel, le ha vendido la idea de que tiene los tamaños suficientes (políticos, claro) como para gobernar la ciudad.
Ya ni la burla perdonan.
Y es que, si hay un personaje poco popular en la administración de Blanca Alcalá, ese es precisamente Juan de Dios Bravo.
Sus compañeros de plano no lo tragan, los sindicalizados lo evitan y sus subalternos hacen como que siguen el pie de la letra sus indicaciones, las cuales por supuesto consultan más arriba antes de mover un dedo.
Las razones de este rechazo tienen que ver por supuesto con el pago de facturas políticas al que fue obligada la alcaldesa.
Bravo le apuesta a su declarado zavalismo (hasta hace muy poco lo que profesaba era el morenovallismo) para tener una mayor posibilidad de concretar lo que en corto llama su proyecto político personal, porque asegura que esta cansado ya de trabajar por otros y que, ahora sí, muy pronto vendrá la suya.
Seguramente ese será el deseo que pida al momento de pagar las velas fuschia de su pastel fuschia, enfundado en traje y corbata fuschias y teniendo como música de fondo las canciones de Barney el dinosaurio fuschia.
¿Se imagina la escena?
No lo haga si tiene algo en el estómago.
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