29-03-2024 03:48:02 AM

Con alfileres se mantiene el reordenamiento comercial

Mucho antes de lo que se imagina, comerciantes afiliados a las organizaciones que decidieron formar parte del programa de reordenamiento comercial que recientemente implementó la administración de Blanca Alcalá, podrían estar nuevamente en las calles.

Las razones no tienen nada que ver con una falta de cumplimiento de los compromisos pactados entre la autoridad municipal y los antes llamados “informales”.

Los espacios asignados en los mercados y que fueron habilitados para este programa cumplen completamente con las condiciones necesarias para ser considerados como “dignos”.

Los servicios prometidos funcionan a la perfección: hay agua, electricidad, drenaje, además, los comerciantes tienen por fin la oportunidad de realizar su actividad diaria en un ambiente de mayor higiene y seguridad.

Sin embargo, a pesar de todos los beneficios anteriores, a tan sólo un mes de la reubicación, la mayoría de quienes hoy se han convertido en flamantes locatarios añoran el polvo, el inclemente sol, la lluvia, el ruido y las amenazas constantes por parte de los inspectores del ayuntamiento.

Sí, extrañan la calle por una razón fundamental: la viabilidad comercial.

Y es que, a pesar de los esfuerzos de la autoridad municipal por promover los nuevos inmuebles y de que la propia Blanca Alcalá en reiteradas ocasiones ha aprovechado los reflectores mediáticos para invitar a la ciudadanía a acudir a los nuevos espacios, la contundente realidad nos indica que hasta el momento, los mercados en donde fueron reubicados los ex ambulantes no han resultado ser comercialmente atractivos.

Los compradores potenciales de plano no llegan.

No por lo menos en el número que se esperaba para que los ahora locatarios pudieran percibir ingresos similares a los que tenían vendiendo sus productos en las calles del centro de la ciudad.

Las pérdidas en algunos casos son dramáticas y las presiones de los agremiados a sus líderes cada día van en aumento.

Las cabezas visibles de las organizaciones no resienten en carne propia las consecuencias de las bajas ventas.

La mayoría de ellos viven en una situación desahogada, lo que contrasta con la realidad de quienes subsisten tan sólo del producto de sus ventas diarias.

Además, hay que recordar que en los siempre emotivos eventos oficiales, fueron los propios líderes de las organizaciones quienes se deshicieron en elogios y agradecimientos a la presidenta municipal por haber logrado dar con la “solución el problema del ambulantaje”.

En estas condiciones ¿realmente podemos hablar de una solución definitiva a un fenómeno que por décadas ha puesto de cabeza  a quienes gobiernan la ciudad?

Las declaraciones de algunos funcionarios municipales van en ese sentido.

Algunos no han tenido empacho en colgarse la medalla de los supuestos logros en materia de reubicación, perdiendo de vista que tal vez la solución sea sólo temporal.

Y es que, si las ventas en estos mercados no repuntan en el mediano plazo, los comerciantes, tal y como ya amenazan, regresarían de inmediato a ocupar las calles del primer cuadro de la capital.

A pesar de los compromisos pactados.

A pesar de las amenazas de la autoridad.

A pesar de los siempre efímeros elogios y las poco conmovedoras lágrimas de cocodrilo que en ocasiones sazonan el siempre desabrido discurso oficial.

 

latempestad@statuspuebla.com.mx

 

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