19-04-2024 11:45:36 PM

Apuntes sobre surrealismo político

Aunque la política moderna en México se haya convertido en un asunto de pragmatismo absoluto.

A pesar de que es un hecho que las ideologías hoy se cambian con la misma facilidad que un par de calcetines y se pervierten de acuerdo a los fines que a los interesados convengan, el hecho de ver en varios medios de comunicación, así, explícitamente, como en una película XXX, a un líder del PAN sentado a la mesa, negociando, cabildeando, acordando, con quienes han sido considerados por los propio panistas como un producto político de lo más atrasado del priismo nacional, deja huellas profundas en el subconsciente de cualquiera.

Micalco de la manita con Elba Esther Gordillo y sus cachorros favoritos, Miguel Ángel Yunes y Rafael Moreno Valle.

¿Qué dirían a esto los fundadores de Acción Nacional?

¿Qué pensaría Gómez Morín de esta alianza perversa con el fruto de un sistema que el auténtico panismo combatió por más de 50 años?

¿Qué opinaría Gutiérrez Lascuraín del hecho de que la estructura del blanquiazul se mueva hoy bajo los mismos citerior clientelares que le dieron forma al que los panistas calificaban como “terrible régimen de partido único”?

¿Y qué me dice de Ituarte Servín?

¿Y de González Torres, Christlieb Ibarrola, González Hinojosa, Conchello o Castillo Peraza?

Seguramente se volverían a morir.

Claro, después de vomitar.

Y es que el asimilar el que un personaje como Elba Esther Gordillo maneje estructuras, dicte líneas y determine criterios para la elección de candidatos a puestos de elección popular en el PAN es abrirle la puerta a la forma de hacer política de lo que por naturaleza fueron considerados como enemigos acérrimos de Acción Nacional y que su combate resultó ser la misma razón de ser del partido de la derecha nacional.

En esta categoría caben todos aquellos personajes que permitieron y alentaron el crecimiento político de La Maestra, hasta convertirse en “la mujer más poderosa de México”.

¿Ejemplos?

¿Qué le parece, para empezar, José López Portillo, quien permitió que en 1979, Gordillo se convirtiera en diputada federal por el distrito 26 con cabecera en Ciudad Nezahualcóyotl?

¿Le gusta más Javier García Paniagua, entonces líder nacional del tricolor?

¿Y qué tal Miguel de La Madrid?

Gracias a quien los panistas consideran como “el peor presidente de la historia”, Elba Esther regresó a la diputación federal, en 1985, como parte de la 53 Legislatura.

Por cierto, Gordillo, en 1987, fue la encargada de responder al penúltimo informe presidencial y su discurso motivó críticas severísimas por parte de lo más granado del panismo nacional.

De acuerdo con el investigador Ricardo Raphael, “su discurso estuvo plagado de metáforas marineras. Festejó al capitán del barco que, con entereza, se había enfrentado valerosamente a la más temible de las tormentas (económicas). Fue una pieza de oratoria lisonjera y ampulosa. Exagerada, inclusive, con respecto a las prácticas de la época. Pero tuvo un efecto certero y favorable para su futuro político”.

Después vinieron personajes de la talla de Manuel Camacho Solís, con quien se convirtió en delegada política de la Gustavo A. Madero, y Carlos Salinas de Gortari, quien la utilizó como guillotina para descabezar, con el pretexto de poner en marcha un ambicioso programa de modernización educativa, al eterno líder del sindicato magisterial, Carlos Jonguitud Barrios.

Y a partir de ahí, su reino no tuvo fin.

Vino Zedillo y la teoría de la transición pactada.

Luego Fox y su pragmatismo a ultranza, para rematar con Calderón y la versión recargada del voto útil.

Abrirle la puerta a Elba Esther es avalar implícitamente esta forma de hacer política.

¿Y qué me dice de Moreno Valle?

¿Ya se olvidaron las críticas despiadadas que el panismo poblano le endilgaba al entonces Secretario de Finanzas de Melquíades Morales?

¿Y las acusaciones por supuestos malos manejos financieros y desvíos de recursos públicos para las campañas del PRI?

¿Se acordará Moreno Valle lo que en ese entonces pensaba de los panistas?

¿De toda la mierda que les tiró en su campaña para diputado federal por el distrito de Ciudad Serdán?

¿Ya nadie se acuerda de todo esto?

No cabe duda, la amnesia política es una enfermedad progresiva, muy peligrosa, pero que en estos tiempos, lejos de ser mortal, garantiza la continuidad de algunos proyectos políticos personales con muchas probabilidades de ser exitosos.

 

latempestad@statuspuebla.com.mx

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