29-03-2024 01:31:30 AM

El eslabón perdido del periodismo (el columnista)

SEGUNDA Y ÚLTIMA PARTE

¿Cuánto costaba antes tener una columna?.

Pasaba todo un proceso de revisión, análisis y autorización de parte del director editorial de los medios, lo que podría llevar hasta seis meses con la constante advertencia de que si se utilizaba el espacio para fines políticos se cerraría.

Hoy sólo se requiere tener la frente baja o la falda muy corta para hallar espacios que terminan por fomentar la incompetencia, no la competencia.

Hay medios que ya se les conocen como El Partenón porque se sostienen de columnas; esto significa en términos prácticos que ante la falta de credibilidad en las políticas editoriales, el lector o, ahora, ciberlector se refugie en las columnas.

¿Y si los políticos se dedicaran a la política?

¿Y los periodistas al periodismo?.

¿Cuándo entenderán los políticos que la crítica legitima?.

La respuesta a tales preguntas contribuiría a modificar un estado de cosas que denota un alto grado de descomposición en los medios.

Prensa, radio y televisión tienen en sus manos la responsabilidad de crear reporteros que sepan contar historias y los columnistas a explicar los por qués de la vida política, económica, social y urbana para responder a una sociedad harta de promesas incumplidas.

Frente a la amplia gama de opciones, buenas o malas, es común hoy leer columnas donde no sólo se repiten conceptos, sino correos electrónicos.

Los reporteros, por su parte, hacen exactamente lo mismo. El “síndrome del guajoloteo” es el pan diario en las redacciones. Aquellos que cubren la fuente política, de gobierno o empresarial se organizan para “sacar la nota” en una colectividad que atenta contra la iniciativa reporteril.

Es la misma historia de las columnas: notas plagadas de escenarios comunes y respuestas absurdas. Las exclusivas se acabaron en aras de la masificación de la noticia.

El tiempo siempre en contra y la necesidad de cumplir la cuota, amén de las necesidades del reportero o columnista por laborar en otros medios ante la falta de buenos salarios (hoy le llaman periodista multimedia) han contribuido a la mediocridad informativa.

Tener hoy una columna equivale a poder… pero a poder hacer negocios.

¿Cuántas líneas se dedican a políticos o empresarios por apoyar al amigo a que pueda hacer un negocio con el gobierno o la iniciativa privada?.

Creo que todos los caracteres inimaginables.

No es desde el poder como se alentarán las transformaciones, pues el debate no es entre medios, sino en cada una de las redacciones.

La columna tiene que ver con la calidad, no con la cantidad.

alportador@statuspuebla.com.mx

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