19-04-2024 07:59:42 AM

Mi primera infidelidad

Resulta que hace 5 años mi esposa vendía lencería de catalogo y sus ventas estaban bajas y me pidió ayuda, yo decía que no porque me daba pena, como un hombre vendería eso, por mi mente de machista pasaban muchas cosas que si la vergüenza, que si me tacharían de pornográfico, o un muchacho calenturiento que les vendía lencería solo para conocer sus medidas o algo así.

Tanto insistió mi esposa que acepte, ya se imaginaran la forma de insistí de mi esposa por lo cual no podía decir que no. Eso se los contare en otro relato. Así paso un mes y yo les daba el libro a mis amigas. Y como era de esperarse me hicieron los comentarios que ya les mencione pero en tono de broma, y así fui agarrando confianza con todos, ya que también mis amigos encargaban conjuntos o tangas sexy para sus parejas, no lo podía creer, y así paso una semana y se me acerco Araceli. Así se llama ella. Note que se me quería acercar y no se decidía alo que yo me avente.

– ¿Hola buscabas a alguien?

– Si, a ti, dijo ella

Es ese momento la empecé a ver como era ella. La describiré un poco ya que en este trabajo usamos bata para proteger la ropa y no pude ver exactamente como era ella, lo que sí les puedo decir es que es un poco rellenita o gordita, tiene el cabello lacio y negro muy bonito y bien cuidado, con una cara pequeña y una boca con labios delgaditos y suaves, no sé porque pero su cuello se me hizo precioso, una invitación a ser besado y acariciado. Cosa que después haría, pero en ese momento ni me lo imaginaba.

Seguí observándola de pies a cabeza y por su bata no pude ver mas que su escote, el cual dejaba ver unas increíbles y hermosas tetas, no les había comentado que me encantan las mujeres tetonas, soy fanático de todas las tetas me gusta verlas como se menean en sus escotes, como se marca en sus blusas. Sigo..

-Tu dirás para que soy bueno- le dije.

Su voz era delgada, como melodiosa y con pena.

-Me dijeron que tu vendías lencería, es cierto?

-Si, déjame te enseño el libro, te lo llevas y paso a tu lugar para que me diga que se te ofreció o que te gusto.

-Claro, ahí te espero.

Cuando se fue no podía dejar de pensar en esas ricas tetas y así la pase toda la tarde. Cuando fui con ella le llevaba unos chocolates.

-Hola… ya estoy aquí, te gusto algo o alguien- comencé a bromear.

Ella se soltó riendo y dijo:

– Jajajaja, unas prendas nada mas, las chicas están muy guapas pero me gustan los hombres.

– ¿Y como de que tipo?-

-Que sean alegres, divertidos que no les peguen sus novias, jajajaja, y por su puesto atrevidos-

Pensé nooo, pues de aquí soy..

-¿Y tu como eres?- me dijo.

– Como tu quieras que sea, jajaja- le dije en tono de broma, y empecé a cotorrea diciéndole – es mas como tú eres la compradora numero cien, voy a darte una promoción jajajaja – no reímos los dos.

– De verás y ¿cual es?

– Bueno todo lo que me compres yo mismo te lo mido..jajajaja.

– En serio, me voy a tomar la palabra heee, jajajaja.

-Claro, nadamas por ser tú la numero cien jajaja.

Y cuando me dijo todo lo que le había gustado, como que me estaba arrepintiendo de lo que le dije, pero ya estaba mas que ahorcado. Me mostró un conjunto que era una tanga y un sostén color morado con líneas doradas. Una bata transparente negra con su bikini y un sostén a madia copa, negros también. Dos tangas con abertura en medio una roja y otra rosa.

– Y esas para que jajaja. – le dije

– No sé tu me las vas a medir, ¿o no?

Les juro amigos que sentí que hasta la verga se me desapareció, de la pura impresión en como lo dijo.

-Si claro, yo dije eso y te lo cumplo.

-Bueno cuando me los traigas hablamos ok.

Llego el viernes y ya traía los pedidos y también los de Araceli por su puesto. Cuando se los entregue le dije que los revisara

-No, tú me los ibas a enseñar y a medir ¿no? – me dijo

-Si claro, tú me dices cuando.-

-Hoy- dijo con voz un tanto dominadora.

No lo pensé dos veces y le dije que sí. Y mientras iba hacia mi lugar, iba pensando en como o que le diría a mi esposa, para no llegar esa noche. Ya que era mi primera vez con otra mujer y no la iba a desperdiciar.

Faltaban 20 minutos para salir de trabajar cuando llego Araceli y me dijo que si ya estaba listo. Le entregue las llaves de mi carro y le dije que me esperara ahí que en un momento iba. Cuando iba llegando a mi carro la mire dentro y mi verga se empezó a parar. Cuando entre nos saludamos con un beso largo, sin importarnos quien nos viera. Empezamos a fajar en el carro. Le fui quitando su bata y en verdad que tenía unos pechos enormes.

– ¿Te gustan? – dijo.

-Sí

-Pues hoy van a ser tuyos y si te portas mal, también lo que encuentres mas abajo será tuyo.

Prendí el carro y me dirigí a un hotel. Cuando íbamos entrando le dije nuevamente que si en verdad quería hacerlo. Contesto que si, y que con la calentada que nos dimos en el carro ya venia bien mojada. Entramos a la habitación y empezamos a platicar un poco, y poco a poco nos íbamos conociendo hasta llegar a besarnos y de ahí en adelante fue puro cachondeo. Nuestras lenguas se enroscaban con desesperación. las respiraciones fueron en aumento, yo le empecé a quitar su blusa, a mover su cabello y ella me empezó a acariciar la verga por encima de mi ropa, cuando le quite el sostén no pude mas que admirar ese par de tetas blancas, enormes y con un pezón que estaba ya muy parado, mi rostro se perdió entre esas montañas deliciosas, le mordisqueaba su gran pezón y volteaba a ver su rostro, sus ojos estaban en blanco y yo sentía que su corazón me daba de cachetadas junto con sus ricas tetas.

La empecé a besar por todo su cuerpo empezando por la boca, siguieron sus orejitas, en el cuello me estuve un buen rato porque sentí que más se calentaba y se retorcía y sus ojos no dejaban de ver el techo de la habitación.

Fui bajando hasta su vientre, y le empecé a quitar su falda que era de esas como de gitanas, largas largas, la deje en una tanga anaranjada que decía con letras rojas “para ti” y pues yo tome la palabra y le di besitos sobre su prenda y seguí bajando a sus piernas que a pesar de que era gordita, tenia unas piernas bellas la seguí besando hasta cada uno de sus pies y sus dedos, le di la vuelta y empecé a subir recorriendo el talón y siguiendo sus piernas por detrás hasta llegar a sus nalgas las cuales no eran grandes ni paraditas, pero a mi se me hicieron grandiosas.

Le baje su tanga hasta sus rodillas y fui subiendo por toda su espalda, beso a beso y uno que otro mordisquito, llegue a su cuello nuevamente y me perdí entre su lindo pelo dándole besos en la nuca y sus orejitas otra vez.

Estando yo por detrás besándola, con mis piernas le termine de quitar su tanguita. Y cuando la vi, estaba toda mojada como si la hubieran metido en una cubeta llena de agua.

Ahí la tenía toda desnuda y solo para mí. Cuando se dio vuelta la pude contemplar tal y como era y me encanto, sus tetas me tenían loco, les di lengua otra, me hinque y quede justo en su panochita, se la había depilado para esta ocasión, dijo que nunca lo había hecho, la tenia esponjosita, sus labios apenas alcanzaban a cubrir el rico botoncito que tenia, cosa que me éxito mas y le di las gracias por el regalo y cuando sintió que me acercaba a su rajita pude ver como se le enchinaba toda su piel, pero cuando mi lengua toco su clítoris tuvo su primer orgasmo y empecé a darle una rica mamada en pleno orgasmo, ella gritaba como loca.

– Aaaah, asiiiiii aaaaah, Dios que es esto mmmmm siento muy ricooooo aaaaah. Que me estas aciendommoooooommmmm… así no pares aaaaaaah…mas chupame massss, oooooohhh, siiiiii…

Por un momento creí que nos escucharían en la siguiente habitación pero no me importo y se la seguí chupando y tomando toda su venida mientras ella seguía gritando. Cuando termine de tomar la mayor cantidad de sus jugos y me retire, pude ver todas sus piernas chorreando y temblando, fui a su boca le di un beso largo y fuerte. Después ella empezó a quitarme la ropa, ya que yo le había chupado, mamado y besado así con mi ropa puesta.

Me quito la camisa, que también estaba toda mojada por mi saliva y por su venida, y empezó a besar mi pecho y fue bajando mientras quitaba mi pantalón y mi calzoncillo. Cuando tenia mi verga justo en su cara solo se le queda viendo, y con mi mano se la dirigí a su boca, dijo que nunca había chupado o lamido un pene. Cosa que me sorprendió ya que lleva de casada como 10 años, le pregunte que como se lo hace su esposo y dijo.

-Pues nada mas me acuesta, me abre las piernas y me lo mete-

-Queeeeee? Ni un besito ni nada, ni caricias ni sobaditas de tetas nada, nada-

-No. y jamás me a hecho lo que tu hace rato, jamás había sentido lo que sentí cuando me chupabas mi rajita, jamás había sentido que se me salía el alma, que las fuerzas me abandonaban y una corriente eléctrica recorría mi espalda, te juro que jamás lo había sentido, y hoy supe lo que es un orgasmo y quiero que me des mas.

 

Ay fue donde le creí que era su primera ves (primera infidelidad) y también su primer orgasmo.

-Bueno- le dije mételo dentro de tu boca y como si chuparas una paleta y no la muerdas –

Aprendió rapidísimo y en 5 minutos ya perecía que se la quería tragar toda pasaba su lengua por mi cabecita y recorría el pené una y otra vez, le dije que me chupara los huevos también. Debo decir que no tengo una súper verga, sino mas bien normalita ni muy grande ni muy chica, eso si por la manera de moverla puede hacer feliz a cualquier mujer.

Después de un rato de mamarme la verga, la tome en brazos y la puse en la cama como si fuera de cristal, en ese momento era la única mujer para mi y no pensaba en otra cosa que no fuera cogérmela y hacerla feliz. Cuando estaba sobre ella se la fui metiendo poco a poco, solo miraba su rostro y sus ojos otra vez en blanco, sentía como empezaba a chorrear su panochita de nuevo y se mojaba todo mi verga, cuando puse sus piernas en mis hombros ella estaba fuera de si, como si entre sus piernas tuviera la mas rica verga que jamás allá probado. Y llego su segundo orgasmo, fue tan intenso como el primero, y de nuevo empezó a gritar.

-Aaaaah,mmmmmmm, así no pares papito no pares, haz que valga la pena esta noche, Asiiii cógeme rico mmmm dame tu rica verga asi,asiiii aaaah … Dios otra vez, hooooooo siiii que rico sientooo aaaaaaah, asiiiimmmmm-

Veía como se movían sus tetas enormes mientras le daba verga por su panocha,

Después me acosté y se monto encima, agarro mi verga y se dejo caer de golpe, así empezó a cabalgar, yo miraba sus tetas brincar y no me aguante y las agarre para chuparlas de nuevo, su respiración era ya muy agitada y rápida, de pronto se empezó a mover muy rápido, se vendría por tercera vez, y así fue, trato de ahogar sus gritos pero no pudo y empezó a gritar

– Aaaaah siii mmmmm otra ves, cielo santo porqueeeeee aaaaaaah, aaaah, aaaaaaaaaaaaaaaah, que bien me coges…

Para ella fue muy rico venirse de nuevo, pero no para mí, porque me araño el pecho de la desesperación y en verdad me dolió bastante pero no dije nada. Cuando termino casi llorando y buscando aire de lo cansada que estaba, me vio el pecho y se puso de mil colores

– Lo siento, discúlpame, no sé que me paso, jamás había sentido algo así y no me fije, discúlpame.

– No te preocupes al rato me desquito.

La puse empinada en la orilla de la cama, le lubrique su culito con sus jugos y le dije que ahora me desquitaría que se la iba a meter por todo su culo.

Dijo, nunca lo he hecho por ahí, pero no importa lo merezco por haberte arañado.

Le metí primero un dedo por un rato después dos y ya cuando estaba lista se la metí asta la mitad. A pesar que le había metido dedos, sentía su culo bien apretadito y sentía como si ahorcara mi verga. Gritaba de dolor.

-hay cabron como duele mejor sacalaaaaaa, nooo mejor no, castígame por dañarte, métemela toda.

Yo obedecí, la saque un poco para tomar impulso y se la metí de golpe, sentí que la leche se me salía pero me contuve, se lo deje ahí un rato para que su culito se amoldara a mi verga. Empecé a metérselo despacio y aumentando la velocidad.

-Hijo de la chingada me estas culeando bien rico me duele pero no me la saques ya me esta gustando, no pares meteme toda tu verga papacito, hazme lo que quieras, hoy me portare como la puta que siempre he querido ser, y no la monja pendeja de mi viejo. Así dame por el culo papi.

Cuando sentí que terminaría la voltee para derramar mi leche en sus tetas, jamás me había salido tanta como esa noche, me vine encima de ellas, en cada uno de sus pezones. Ella agarro mi fierro y diciendo, siempre eh soñado hacer esto, y me la empezó a mamar, terminándose las ultimas gotas de semen que estaban saliendo.

Cuando mi verga perdió fuerza, me recosté en la cama y sonriendo le dije

– Y las prendas que compraste.

– Jajajajajaja – río por un buen rato y se acostó junto a mi, y dijo – no se me ha olvidado descansemos un rato y después ya veremos ok.

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